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lunes, 25 de mayo de 2015
COOLTURAL I. UN PERSONAJE DE VÉRTIGO: EL GENERAL BELAIEFF
Iván Timoféyevich Beliáyev Polskai, nacido en Petrogrado en 1875, y conocido en Paraguay como Juan Belaieff, dejó su tierra natal tras la revolución bolchevique de 1917 y llegó a Asunción en el vapor Berna el 8 de marzo de 1924.
Muchos años antes, el joven Belaieff, casi un niño aún, un día, había encontrado, en el desván de una finca familiar, un viejo mapa, perteneciente, al parecer, a su bisabuelo: era un mapa de la capital paraguaya. Un mapa que se revelaría, al cabo de su existencia extraña y vertiginosa, como el remoto presagio de la singular aventura de su vida.
El 20 de abril, en la sede de la Embajada de la Federación de Rusia en Asunción, se celebró la memoria de Juan Belaieff, antropólogo, lingüista y militar que se convirtió en parte de la historia de Paraguay, el país en el que murió en 1957.
«Veo al general, entrado en años, amanecer en la orilla del río, mirando a los hawatus y otras aves que vienen de lejanos países a descansar de su largo vuelo. Quizá piensa en su destino y en su predestinación, en sus familiares, en su Rusia Santa, en sus sueños cumplidos. A su derredor reinan la naturaleza y la soledad de un hombre ruso en la tierra paraguaya»: así nos habla de este exiliado misterioso Su Excelencia Grigory Mashkov, embajador de Rusia, en un hermoso artículo: Vida y destino de un general ruso y paraguayo: Iván Belaieff.
domingo, 2 de noviembre de 2014
UN SIGLO DE MONGELÓS (1914-2014)
Considerado uno de los mejores poetas en lengua guaraní, Teodoro Salvador Mongelós nació en la ciudad de Ypacaraí -en la vieja Tacuaral- y muchos de sus poemas, con las composiciones de varios de los mejores músicos de su época, se convirtieron en canciones que desde entonces están presentes y vivas en nuestra cultura popular. Por misteriosa coincidencia, el lunes 28 de julio de este año, el mismo del primer siglo de vida de su gran enamorado, murió la famosa Mirna que le inspiró «Nde resa kuarahy´ãme», Mirna Veneroso (1919-2014). Esto nos lo cuenta hoy Julián Sorel en Un siglo de Mongelós.
Y en esta primera parte de una animada, vibrante y original semblanza Juan Pastoriza Centurión nos habla de la vida y la obra de uno de los principales escritores en lengua guaraní, el autor de «Minero Sapukái», de «Ha mboriahu», de «Ñande rekove» y de muchas más letras de otras tantas famosas canciones, muerto prematuramente y en el exilio pero recordado ya para siempre como el «Poeta de los Humildes», Teodoro Salvador Mongelós (1914-2014), en este año de su centenario: Una botellita de tierra roja (I).
domingo, 20 de abril de 2014
SUPLEMENTO ELEGÍACO, PRIMERA PARTE
SUPLEMENTO ELEGÍACO
Periodistas culturales, médicos y enterradores,
cortesanos de la Muerte, séquito de los mejores,
pronto aprenden de la Parca el afán que ahora nombro
de la jugada imprevista: el hábito del asombro.
Que la Muerte ama llegar a la casa por sorpresa
es sabido por los hombres ilustres y los vulgares,
pero lo saben mejor, por algunas de sus presas,
médicos, enterradores, periodistas culturales.
Necrofilia y necrofagia son nombres de perversiones
que comparten a la fuerza con buitres y con gusanos
periodistas culturales, sacerdotes, enterradores,
sepultureros y curas, poetas y matasanos.
Lector, levántate y anda, sacúdete la resaca
y reclama a tu quiosquero el Cultural, que esta flaca
del cortejo de la Pálida te va a contar esta vez
la memoria que perdura, no de una muerte: de tres.
Dama Satán
El nobel de literatura Gabriel Gabo García Márquez se marchó para siempre a Macondo hace tres días.
Murió el jueves una de las más potentes voces de ese decisivo fenómeno cultural contemporáneo que fue el Boom latinoamericano. El Azar dio un escenario inquietante –la luna roja que anuncia sangre, el terror del choque mortal del Jaguar de Cheo Feliciano en las sombras de una ruta de Puerto Rico durante la madrugada del Jueves Santo– al final del escritor nacido en Aracata en 1927. Gabo ha muerto, viva Gabo.
El músico y actor Rubén Blades se despide del novelista y el cantautor muertos este jueves. La identificación con la cultura popular se ve en el peso de la tradición local y en la recreación de su faceta moderna y urbana, que, salvando las diferencias, por supuesto, marcan la literatura de Gabo y la música de Cheo: Feliz viaje, muchachos. Y Cheo se une a los otros fantasmas de la histórica banda fundada en los años 60 en Nueva York, la Fania All Star: La Orquesta de Ultratumba.
domingo, 9 de marzo de 2014
1914-2014 WILLIAM S. BURROUGHS: LA OTRA HISTORIA DEL SIGLO XX
DOMINGO: ESPECIAL 1914-2014 WILLIAM S. BURROUGHS
LA OTRA HISTORIA DEL SIGLO XX
!COLECCIONA ESTE NÚMERO DE TU SUPLEMENTO CULTURAL PORQUE ES UN ALMUERZO DESNUDO!
PRIMER PLATO: Que Willian Seward Burroughs era un hijo de papá más del Mid-West, pero raro, y que, por ende, no estaba hecho para seguir la senda ni el negocio familiar, como Mortimer, su hermano, sí lo haría, y que hasta entonces había gastado su tiempo, preparatorio, digamos, con el cannabis en México y con el yagé o ayahuasca en Suramérica, y haciendo el tour homo por la Greenwich Village de los años 40, y que había leído y estudiado a Reich y escrito un capítulo de una novela con Kerouac (de valor meramente documental y escaso interés literario): todos estos elementos formarían un cóctel que solo cobraría sentido cuando prendiera la mecha del tiro fallido en México DF en setiembre de 1951…: CRISTINO BOGADO: EL MAL TIRADOR Y EL ORIGEN DE LA ESCRITURA DE WILLIAM BURROUGHS
SEGUNDO PLATO: William Seward Burroughs lleva el nombre de su abuelo paterno, hombre que un día, tras una jornada en su empleo bancario, calculó que, de sus próximos veinte años sumando filas de números, se pasaría la mitad tratando de no cometer errores y la otra mitad buscando los errores que inevitablemente habría cometido. Saberse destinado con tal precisión a consagrar su existencia a hacer cosas, a fin de cuentas, absolutamente inútiles quizá lo deprimió un poco, porque inventó a continuación la llamada Burroughs Adding Machine, máquina de sumar que, para suerte de sus descendientes, a los que aseguró una excelente posición económica, permitió fundar la American Arithmomether Company, después renombrada como la Burroughs Corporation... MONTSERRAT ÁLVAREZ: WILLIAM S. BURROUGHS Y EL ÁLGEBRA DE LA NECESIDAD
TERCER PLATO: Con una sonrisa yerta, divertida, sin sentido, deambula por las calles ruidosas, desoladoras del extinto, embrutecido, fallido planeta Tierra mientras tararea o masculla o mastica esa gastada cancioncita suya, alegre, vulgar, triste, banal. Sí, parece que se ha vuelto un viejo disco rayado ambulante, que ya no es más que un maldito disco rayado que no se apaga con nada:
Una noche, en un bar de Méjico,
para jugar a «Guillermo Tell»,
algo puso sobre su cabeza
la encantadora Joan Vollmer... UNA NOCHE, EN UN BAR DE MÉJICO...
CUARTO PLATO: La heroína fue parte importante de la vida del escritor William Burroughs, nacido en Saint Louis (Missouri) en 1914, y de la vida del músico Kurt Cobain, que se suicidó en 1994. Yonqui, la primera novela de William Burroughs, era el libro de cabecera de Kurt Cobain. Y en octubre de 1993, el músico y el escritor –su ídolo– se conocieron, y Cobain encontró a un hombre muy anciano que desde 1981 vivía en la tranquila Lawrence, Kansas, en medio de una rutina de paz y de metadona... JULIÁN SOREL: WILLIAM BURROUGHS Y KURT COBAIN. UN PÁRRAFO DE LA OTRA HISTORIA DEL SIGLO XX
QUINTO PLATO: Allí estaba, en medio de Sting y Andy Summers: un viejo de traje, casi una momia. La foto en la revista Manchete me había llamado la atención por aquellos dos miembros de uno de mis grupos preferidos de ese entonces, The Police. Pero el artículo no hablaba de ellos, sino del viejo. De William Burroughs... SERGIO FERREIRA: THE PRIEST THEY CALLED HIM. EL ENCUENTRO CON WILLIAM BURROUGHS
Y POSTRE: En su visión del control que somete a los individuos, Burroughs sabía de qué estaba hablando. Dedicó su vida entera a escapar de eso. Con apomorfina y un pensamiento tenaz e investigador, con metadona y una escritura rebelde. Es muy contemporáneo, por sus ideas, en nuestra sociedad de consumo, que es una sociedad de adictos... LUZ S. CABRAL: BURROUGHS. PRESENCIA Y VIGENCIA
GUARDA TU NÚMERO ESPECIAL 1914-2014 UN SIGLO DE BURROUGHS - UN DOSSIER DE COLECCIÓN - PARA LECTORES DESNUDOS
LA OTRA HISTORIA DEL SIGLO XX
!COLECCIONA ESTE NÚMERO DE TU SUPLEMENTO CULTURAL PORQUE ES UN ALMUERZO DESNUDO!
PRIMER PLATO: Que Willian Seward Burroughs era un hijo de papá más del Mid-West, pero raro, y que, por ende, no estaba hecho para seguir la senda ni el negocio familiar, como Mortimer, su hermano, sí lo haría, y que hasta entonces había gastado su tiempo, preparatorio, digamos, con el cannabis en México y con el yagé o ayahuasca en Suramérica, y haciendo el tour homo por la Greenwich Village de los años 40, y que había leído y estudiado a Reich y escrito un capítulo de una novela con Kerouac (de valor meramente documental y escaso interés literario): todos estos elementos formarían un cóctel que solo cobraría sentido cuando prendiera la mecha del tiro fallido en México DF en setiembre de 1951…: CRISTINO BOGADO: EL MAL TIRADOR Y EL ORIGEN DE LA ESCRITURA DE WILLIAM BURROUGHS
SEGUNDO PLATO: William Seward Burroughs lleva el nombre de su abuelo paterno, hombre que un día, tras una jornada en su empleo bancario, calculó que, de sus próximos veinte años sumando filas de números, se pasaría la mitad tratando de no cometer errores y la otra mitad buscando los errores que inevitablemente habría cometido. Saberse destinado con tal precisión a consagrar su existencia a hacer cosas, a fin de cuentas, absolutamente inútiles quizá lo deprimió un poco, porque inventó a continuación la llamada Burroughs Adding Machine, máquina de sumar que, para suerte de sus descendientes, a los que aseguró una excelente posición económica, permitió fundar la American Arithmomether Company, después renombrada como la Burroughs Corporation... MONTSERRAT ÁLVAREZ: WILLIAM S. BURROUGHS Y EL ÁLGEBRA DE LA NECESIDAD
TERCER PLATO: Con una sonrisa yerta, divertida, sin sentido, deambula por las calles ruidosas, desoladoras del extinto, embrutecido, fallido planeta Tierra mientras tararea o masculla o mastica esa gastada cancioncita suya, alegre, vulgar, triste, banal. Sí, parece que se ha vuelto un viejo disco rayado ambulante, que ya no es más que un maldito disco rayado que no se apaga con nada:
Una noche, en un bar de Méjico,
para jugar a «Guillermo Tell»,
algo puso sobre su cabeza
la encantadora Joan Vollmer... UNA NOCHE, EN UN BAR DE MÉJICO...
CUARTO PLATO: La heroína fue parte importante de la vida del escritor William Burroughs, nacido en Saint Louis (Missouri) en 1914, y de la vida del músico Kurt Cobain, que se suicidó en 1994. Yonqui, la primera novela de William Burroughs, era el libro de cabecera de Kurt Cobain. Y en octubre de 1993, el músico y el escritor –su ídolo– se conocieron, y Cobain encontró a un hombre muy anciano que desde 1981 vivía en la tranquila Lawrence, Kansas, en medio de una rutina de paz y de metadona... JULIÁN SOREL: WILLIAM BURROUGHS Y KURT COBAIN. UN PÁRRAFO DE LA OTRA HISTORIA DEL SIGLO XX
QUINTO PLATO: Allí estaba, en medio de Sting y Andy Summers: un viejo de traje, casi una momia. La foto en la revista Manchete me había llamado la atención por aquellos dos miembros de uno de mis grupos preferidos de ese entonces, The Police. Pero el artículo no hablaba de ellos, sino del viejo. De William Burroughs... SERGIO FERREIRA: THE PRIEST THEY CALLED HIM. EL ENCUENTRO CON WILLIAM BURROUGHS
Y POSTRE: En su visión del control que somete a los individuos, Burroughs sabía de qué estaba hablando. Dedicó su vida entera a escapar de eso. Con apomorfina y un pensamiento tenaz e investigador, con metadona y una escritura rebelde. Es muy contemporáneo, por sus ideas, en nuestra sociedad de consumo, que es una sociedad de adictos... LUZ S. CABRAL: BURROUGHS. PRESENCIA Y VIGENCIA
GUARDA TU NÚMERO ESPECIAL 1914-2014 UN SIGLO DE BURROUGHS - UN DOSSIER DE COLECCIÓN - PARA LECTORES DESNUDOS
lunes, 3 de marzo de 2014
ESPECIAL 1914-2014: UN SIGLO DE GUERRAS
1914-2014 UN MUNDO EN GUERRA
Circunstancia y destino: las marcas de la historia
Carlos Lara Bareiro nació en un año fabuloso y terrible en el que el mundo dejó de ser para siempre lo que había sido hasta entonces. En 1914 se decide que los restos de Immanuel Kant sean enterrados en un mausoleo de la catedral de Konigsberg. En 1914 Einstein es electo miembro de la Academia Prusiana de Ciencias. En 1914 nacen el gran historiador Jean-Pierre Vernant y el escritor William S. Burroughs, gurú de los beatniks de los 50, de los hippies de los 60 y 70 y de los ciberpunks de los 80 y 90. En 1914 las sufragistas británicas incendian el pabellón del Lawn Tennis Club y rompen las ventanas del Ministerio del Interior. En 1914 nacen Philippe Ariès y Julio Cortázar, muertos ambos al unísono también siete décadas más tarde.
En 1914 las fuerzas de Pancho Villa derrotan al ejército de Huerta. En 1914 don Santiago Ramón y Cajal anuncia la neurociencia actual con su Degeneración y regeneración del sistema nervioso y Freud publica la «Introducción al narcisismo». En 1914 Debussy, una las grandes influencias musicales de Lara Bareiro, estrena Trois poèmes de Stéphane Mallarmé en la Sala Gaveau de París, termina Six épigraphes antiques y empieza la Berceuse héroïque. En 1914 la bailarina Loïe Fuller, admirada por el citado Mallarmé, uno de los poetas que más inspiraron a Debussy, y por Flammarion, Valéry, Marie Curie, Rodin, los Lumière, Méliès, Giaccomo Balla y otros mil, de gira por Egipto, es fotografiada bailando gozosa ante la Esfinge de Gizeh.
En 1914 el asmático Marcel Proust corre por los bulevares de París jadeando bajo los aviones. En 1914, millones de muertos desconocidos y sobrevivientes irreconocibles bailan también –como la Fuller bailaba apenas anoche, en un mundo completamente extinto, de golpe, una mañana, en el Folies Bergère y en los afiches de Toulouse-Lautrec– pero ellos hacen una espantosa ronda en la gran danza macabra de todos los locos y los mutilados porque en ese año de 1914 Gavrilo Princip asesina a Franz Ferdinand, heredero del trono austrohúngaro, y este declara la guerra a Serbia y Rusia se une a su aliado eslavo y Berlín declara la guerra a Petrogrado y París se la declara a Berlín por como aliado de Rusia y Londres a Berlín porque Alemania viola la neutralidad belga para invadir Francia. La primera tecnológica del siglo XX, la Primera Guerra Mundial, se ha desatado. En 1914 empieza una nueva era de barbarie sin precedentes.
La seguridad y la quietud, dirá Konrad Adenauer, desaparecieron de la vida de los hombres en el año de 1914, y el primer ministro británico Macmillan añadirá que el mundo en el que él había nacido se terminó para siempre una mañana de 1914, y algunos años después Huidobro escribirá en «1914» :
Nubes sobre el surtidor del verano
De noche
Todas las torres de Europa se hablan en secreto
De pronto un ojo se abre
El cuerno de la luna grita
Halalí
Halalí
Las torres son clarines colgados
AGOSTO DE 1914
Es la vendimia de las fronteras
Tras el horizonte algo ocurre
En la horca de la aurora son colgadas todas las
ciudades
Las ciudades que humean como pipas
Halalí
Halalí
Pero esta no es una canción
Los hombres se alejan
En 1914 el ojo de cirujano de Henry Tonks observa y dibuja escenas difíciles de mirar. En 1914 Norberto Bobbio, al que no hace mucho ciertos estudiantes leían en Asunción para entender la noción de «democracia», es un niño de diez años. En 1914, Heitor Villa-Lobos, cuya obra también influirá en la del maestro Lara Bareiro, compone Danzas Africanas. En 1914, un flaco, miope y simpático Fernando Oca del Valle de veintiún tacos se gasta unas pesetas en ir de bares por un Madrid que hoy ya no existe. En 1914 Marinetti ha roto hace cuatro años con el pasado y con la tradición en el Manifiesto Futurista para celebrar el insomnio febril, el paso gimnástico y la bofetada irreverente y adorar a la máquina. En 1914 Suiza se llena de poetas y artistas refugiados que en soberbio gesto de mofa de todos los valores vigentes hasta entonces ensordecerán a Europa con grandes carcajadas dadaístas.
En 1914 los europeos olvidan todos los valores de la Ilustración entre el barro y el horror de las trincheras. Terminarán de enterrarlos décadas después en Auschwitz. En 1914 comenzó a mutar Europa con las armas químicas, el declive de las clases medias, el movimiento obrero, el feminista y la primera aerolínea, y con ella mutó todo el planeta entero. A un siglo de la «Gran Guerra», estamos ante un futuro, en rigor, amenazante, y en un presente que sigue sucio y manchado por una fealdad, una degradación y un desencanto no desmentidos aún. Porque la que entonces se llamó la «Gran Guerra», ya que era imposible que algo así, tan infame, pudiera repetirse, después solo fue, terriblemente, la «Primera», y la siguiente, a su vez, ya fue solo la «Segunda», y a nadie se le ocurrió hasta hoy llamarle la «Última».
«Fue en España donde mi generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma y que a veces el valor no tiene recompensa», dijo Albert Camus cuando la Guerra Civil Española volvió a cubrir de muertos el suelo entre una conflagración mundial y la siguiente. Hombres y mujeres de todos los rincones de la tierra, de cincuenta y cuatro países, fueron a dar sus vidas por unos desconocidos cuyo idioma muchos de ellos ni siquiera entendían cuando llegaron a la Península: las gloriosas –las llamó así Dolores Ibarruri– Brigadas Internacionales.
El poeta Charles Donnelly nació, también en el año de 1914, en Killybrackey, pero murió en la Batalla del Jarama veintitrés años más tarde, en 1937, y en el valle del Jarama está enterrado, junto con otros voluntarios caídos ahí, tan lejos de su casa, como el escritor y teórico político Christopher Caudwell. Aunque también hubo algunos –entre otros, el tataranieto de Darwin (e hijo del filólogo, poeta y recordado profesor de cultura clásica de Cambridge Francis Macdonald Cornford), Rupert John Cornford, escritor comunista que vivió exactamente veintiún años y un día, o el historiador de Oxford Ralph Winston Fox– que cayeron antes (Cornford y Fox, en 1936, en Jaén, en la Batalla de Lopera). Y sobrevivieron también a la Guerra Civil algunos ilustres, como Paul Robeson, el bajo profundo del folclore afroamericano, o el imponente muralista mexicano Siqueiros, o el entomólogo yugoeslavo Nonveiller, o el gran Eric Blair, famoso como «George Orwell», y unos cuantos más. Los mejores cerebros y espíritus de su época, intelectuales polémicos ayer y nombres históricos unánimemente respetados hoy, legiones de conocidos y desconocidos, de anónimos y célebres, todos por igual los corazones más grandes y valientes de su tiempo, murieron por defender la República sin que eso impidiera que fuera aplastada.
Después vino el exilio, huir de la represión franquista de la posguerra. Muchos intelectuales llegan a Paraguay y a toda Suramérica: unos cruzan los Pirineos, y otros cruzan el Charco hacia aquí. Y mientras los desterrados de la España de la posguerra encuentran en Paraguay un puerto después del éxodo, hay paraguayos que parten al destierro, perseguidos en su país desde el poder estatal. Pasa el tiempo, y el régimen que proscribió la obra y que desterró al culto instrumentista, compositor y director de orquesta Carlos Lara Bareiro, el régimen de Stroessner, es derrocado en 1989, dos años después de que el músico muriera en el exilio; y la llegada del «proceso de transición», y el concepto y la experiencia (supuesta e inexistente) de democracia, contra todo maniqueísmo, con una evocación melancólica y cómica de sus facetas vacuas y espectrales de flatus vocis, son problematizados y pese a todo reforzados con una apuesta final, tal vez la única posible, en el artículo del doctor José Manuel Silvero.
Destinos marcados por la historia que el Suplemento Cultural recoge en su edición del 2 de marzo. Fraternidades nacidas del azar y confirmadas por la voluntad. Postales de una guerra en las que el ojo de Henry Tonks desnuda algo que no puede caber más que dentro de una monstruosa pesadilla: Una postal de la guerra: Henry Tonks, ojo de cirujano. Generaciones paraguayas cuyo pasado confuso y desconcierto presente ilustra Manuel Silvero con humor amable y espíritu crítico: Palangana y democracia. Y dos hombres arrojados por la historia de un siglo violento a un futuro incógnito: vidas paralelas, como las de Plutarco, de un español y un paraguayo. La de un hombre que deja España como tantos otros y nos da lo que Armando Almada-Roche llama en su artículo «la fisonomía teatral de Paraguay»: Don Fernando Oca del Valle, maestro de actores. Y otra vida, la de un «hombre libre» que, desterrado por la dictadura a causa de sus ideas, muere en el exilio, lejos de su tierra y sin poder volver jamás a ella: el gran compositor y director de orquesta a quien dedica su artículo el maestro Luis Szarán: Carlos Lara Bareiro: La batuta prohibida o el fundamento de la dignidad.
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