martes, 18 de febrero de 2014
EL SECRETO
Todo se tergiversa y se confunde. Mantener el secreto mientras tanto, inferir, observar, guardar la mente fría, dura, clara, seguir con la vista fija en el centro de la diana, hasta cumplir un destino, hasta el esclarecimiento definitivo, total, hasta esa última y perfecta carcajada bien pensada, letal, sin concesiones, por la que absolutamente todo habrá valido la pena; y, para eso, vivir -por más, claro, que vivir tenga un precio; yo lo pago sin corte, pues, por algún motivo oscuro (no he logrado saber aún cuál es), yo indefectiblemente, lleve el tiempo que lleve, siempre gano.
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