LOS
INSEPULTABLES
Los insepultables
Los
benditos
Los que
no tienen para el ataúd
Los que
adecenta el barrio o la parroquia
Los que
no se rindieron
Los sin
nombre
Los sin
memoria
Los sin
epitafio
Los
verdaderamente testarudos
Para ellos
los trajes de la beneficencia
con los
que, principescos en tiempo, yacerán
Para
ellos por fin un espacio vacío
La
línea sin sus nombres
debidamente
en blanco
Para
ellos la paz sin despedidas
lágrimas
ni lamentos
Para
ellos la tarde embaucadora
del
póstumo paseo
por esta
vez sin hambre ni fatiga
Modestamente
dolorosamente se despiden
los
gatos los tejados
las
nubes las persianas
Los
perros de los barrios
con
dolor se despiden a su paso
por
ellos, los benditos
Las
baldosas
calladamente
dolorosamente
los
sienten irse en esta
su
expeditiva marcha
Ya se
van para siempre los benditos
Yertos
firmes
Insobornables
pálidos
Al fin
visibles
solo
por esta vez
Para
ellos el saludo sin recato
en este
solo día
Para
ellos la mirada sin recelo
por esta
vez tan solo
Para
ellos las horas de la tarde plebeya
Para
ellos las sobras en el banquete fúnebre
Que a
su paso los reyes se avergüencen
Se
humillen y se inclinen los reyes a su paso
Por los
benditos
Los insepultables
Los que
no tienen para el ataúd
Por
última y primera vez ligeros
Por
última y primera vez dichosos
Aunque la
ropa no sea de su medida
Aunque los
zapatos que les pusieron estén rotos
Montserrat Álvarez
Asunción, jueves 11 de julio de 2013
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