(Ejem -jijí-, con permiso)
"Con la lucidez sin desfallecimientos que la caracteriza, la crítica, poeta y narradora Montserrat Alvarez...
(momento de vanidad satánica, digo damasatánica)
...observa qué suscita y regurgita Roa a cien años de nacido: “un banquete de epítetos –todos un tanto obscenos– proferidos, para decirlo con la debida pompa, por ‘referentes’: nuestro más profundo escritor / sublime artífice del verbo / trágico paraguayo de úlceras recubiertas por fino papel / devoto artesano de la palabra / paraguayo universal / alquimista titánico del verbo / orfebre de la prosa cintilante. En un juego especular, Roa se mira en Paraguay, que se mira en Roa: una nación, una obra”".
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