Otra brillante idea comercial de las muchas que a diario tengo, solo que esta al fin me dará millones de $$$: “Las aventuras de Pontífex”. Va de que el expapa se pone a carburar a qué dedicarse ahora que está jubilado de su sacro ministerio y decide cultivar los grandes clásicos de la senectud. Y empieza por el más tradicional: sentarse en una plaza a dar de comer migas a las palomas. De lo que le pasó a la Virgen María con uno de esos simbólicos pajarracos de la paz, se acuerda cuando ya está en una banca de plaza, igual que cualquier geronte anónimo, arroja que te arroja migas de hostia (claro, ya sin consagrar) a colúmbidas urbanas, y entonces recibe una feroz sorpresa: una de las palomas es en realidad el espíritu non-sancto, y es una paloma fea, negra, piojosa, con piercings hasta en el pico y cara de drogadicta, y con una cresta punk de gallo ochentoso, y otra es el plumífero representante del Bien, y esta es tan linda que parece el pajarito del twitter en 3D, y las dos a la vez le dan superpoderes al expapa, que se raya y se divide en el Vicario del Mal, o sea Ratzinger-Z, y el Vicario del Bien, o sea Pontífex. Ambos superclérigos se convierten, onda Jekyll y Hyde, en archienemigos, y empiezan las megataquilleras y jigafascinantes aventuras por las cuales, a partir de ese momento, el destino de la especie humana, la lanar, la aviar, la bovina, la porcina y la ansar y de todas las especies y los seres del planeta, desde los primates catarrinos popularmente llamados cercopitecos hasta los protozoos plasmódromos rizópodos vulgarmente motejados con el barriobajero alias de foraminíferos, depende por completo de Pontífex. Mi equipo de asesores no ha pensado aún en detalle el vestuario, pero, por ejemplo, para Pontífex, yo voto por una aureola láser, y además le daré un superpoder que va a llamarse LA MANO PAPAL y que consiste en que, cada vez que te bendice con ella, te convierte en un mentalmente lento, looser y babeante zombi. Creo que LA MANO PAPAL será considerada por la crítica cinematográfica internacional uno de los hallazgos de la película, porque no solo es un hábil recurso narrativo sino que, sobre todo, es muy realista. Pero volvamos al guión. Mientras tanto, en el Vaticano se hace la luz y se decide que nada de argentinos, Francisco I se convierte en Paco, lo nombran el cocinero de las pizzas eclesiales y los demás combinan cuándo les queda bien hacer “Habemus Papam” y agendan otro cónclave. Ahí reparan que ahora la gente piensa que el abuso sexual de menores es el pan nuestro de cada día para el clero y que algunos hasta creen que de eso hablan los curas cuando dicen "el pan nuestro de cada día dánosle hoy", así que, como con tanta sodomía y gomorrada que han ventilado de ellos tienen mala imagen hasta en el quiosco donde se vende choripán, pochontó y naco en las afueras de Guayabi’í del Mberuguazú, los cardenales deciden que ya no les conviene encerrarse todos juntos y en secreto, no vaya a pensar el vulgo que allí adentro se están montando una orgía, y acuerdan que todo tenga la trasparencia propia del mundo actual, tan ajeno a la noción de privacidad. De modo que entran a la Capilla Sixtina con sus blackberris y se pasan todo el cónclave alzando fotos in situ desde el móvil en sus muros del feisbuk, y arman de una y sin corte el primer cónclave de la historia apostólica y romana con voto popular y opción de mensajear “Gana Fulanito Papable favorito” al asterisco 574527 desde tu celular, y dejo aquí mismo de contar mi guión a los cuatro vientos mientras no haya firmado un contrato y registrado todo en el coso ese de derechos de autor, no sea que se me adelante algún plagiario y me robe el Óscar; por lo tanto, me callo, chau y amén.
jueves, 14 de marzo de 2013
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2 comentarios:
I can't wait! Este trailer augura un peliculón. Gracias, MonTse, por tan magnífico post y por lograr que me retuerza de risa.
Pues saber eso me ha iluminado la noche en todos los sentidos =D Gracias a vos, Pamela!
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