Con la gira y el lanzamiento de Not Your Kind Of People, el 2012 saluda la reunión de los cuatro Garbage y la reunión o la mezcla de todo lo que Garbage significa: mezcla de sensibilidad pop y guitarras potentes, de armonías sencillas y turbulencias profundas, de melodías puras y sonido sucio. Mezcla contagiosa pero inquietante, composiciones bien pensadas y complejas pero directas e irresistibles. En suma, intensidad. Intensidad de la mezcla de lo profundo de Manson y el lado más electrónico de Vig y de esto y el denso, espeso soporte matérico del sonido vibrante de Erikson y de Marker. Hoy han regresado a su mejor música, eléctrica y sucia, elaborada y envolvente pero cartesianamente clara y distinta en sus líneas centrales. Sintetizadores y sampleos edifican con las guitarras y la voz esa mezcla de grunge con electricidad, ese extraño paisaje donde flota la sombra de una posible desesperación pero donde de pronto brota alegremente el pop adictivo en ráfagas vitales que celebran el mundo en su evidencia y los misterios de la sensación, y que, desde finales de los noventa hasta hoy, solamente se puede llamar con un nombre: Garbage. Una banda que conserva intactas todas y cada una de sus mejores cualidades: la batería atronadora y un tanto distorsionada (Vig), las guitarras que marcan ritmos enérgicos y en incesantes cambios (Marker y Erikson) y, por supuesto, la voz (Manson). Cada uno de los miembros del cuarteto en plana forma y mejor que nunca. Los riff de guitarra de Erikson y Marker, la consistencia de este en los sintetizadores, el cerebro de Vig y su experta y prepotente batería, la voz de Manson, que siguen siempre dueños del fragor de una escena que ya es suya, impiden que el sonido de Garbage envejezca. Los sonidos furiosos y espesos se unen a las secuencias electrónicas para crear la magia matemática de la composición inteligente y libre sin excluir la dignidad impenetrable y el oscuro goce de la materia en bruto. La voz de Manson cruza con su osadía de siempre el sonido poderoso que la envuelve como si transmutara así en otro elemento la materia misma de la instrumentalización. En la noche de Luque, el concierto del miércoles logró abrir el espacio de esa otra noche que los cuatro Garbage llevan consigo para acampar donde vayan. Escuchamos clásicos, como los primeros y ya contundentes, y pienso con especial deleite en Stupid Girl, o como aquellos en los que ya se perfeccionaba el sonido original del grupo con el uso elaborado y minucioso de elementos electrónicos, y pienso con especial deleite en I Think I’m Paranoid y en sus astutos acordes y su riff inicial, en sus voces filtradas o pasadas al revés para crear efectos y en sus sagaces cortes infalibles, y, claro está, escuchamos Cherry Lips, pero además temas nuevos de este disco lanzado tras siete años de paréntesis: Not Your Kind Of People, que, en una época de rescate indiscriminado del pasado, separó claramente a este concierto de todo revival cool con gritos de gente en el "mejor momento" de su historia musical y –once again: como siempre–, también, como es obvio, pese a su potencia o gracias a ella, de todo simplón mainstream de estadio.
Shirley Manson en Asunción hace unos días, al lado de un amigo que tenemos ella y yo (yes!) en común, Arturo |
La comunicación de la frontwoman con el público fue curiosamente cercana, mucho más de lo que dejaría ver, a los que no pudieron asistir, el mero relato de sus explícitos tributos al patriotismo local. Por otras parte, siempree bienvenidos. Garbage no sólo es rudeza de sonido unida a precisión técnica y a pureza vocal. También es en gran medida la inquietante impronta emocional y psicológica que Manson da a cada tema con sus caracterizaciones del clima del correspondiente momento o “personaje”. A los 46 años de su vida postnatal, Shirley Manson hace pensar a veces, aunque decir esto pueda ser todavía algo precipitado, que quizá no haya, desde Debbie Harry, otra frontwoman de ese mismo nivel en el rock actual.
Este es un regreso con lo mejor de Garbage: misterio envolvente de guitarras pesadas, baterías poderosas, voz perfecta y sintetizadores que llegan hasta el alma. El siempre refrescante fenómeno de un grupo con peligrosas prótesis electrónicas pero movido por tracción a sangre.
(Eh, gracias a Horacio Bendlin, que sí sabe de música en serio, por la constante asesoría léxica derramada en mis orejas en numerosas e intempestivas conversaciones.)
YO, MONTSERRAT ÁLVAREZ, DAMA SATÁN, TE DIGO: I'M A VERY, VERY STUPID GIRL AND I REALLY THINK I'M PARANOID. DEFINITIVELY, I'M NOT YOUR KIND OF PEOPLE