Comienzo a entender que él (para esconder su identidad, llamémoslo "X", o "Alpha") no es exactamente un organismo humano, ni tampoco, como yo creía al comienzo, una mutación. Él es una especie de proyecto piloto, el adelanto secreto de una tecnología misteriosa; en realidad consiste en un nuevo dispositivo diseñado, entre otras cosas, para transformar alcohol en palabras y notas musicales. Por supuesto, nadie sabe esto, ni siquiera él, por lo cual no me atrevo a revelárselo.
No estoy del todo segura de que le guste saberlo.