Foto: Diccionario de la música
paraguaya, de Luis Szarán:
http://www.luisszaran.org/
Hijo de dos
conocidos escritores nacionales, la narradora guarambareña de relatos infantiles
María Luisa Artecona de Thompson y el periodista y autor de cuentos policiales
Roberto Thompson Molinas, y hermano de uno de los muchos hombres injustamente fallecidos
en el histórico y vergonzante incendio del supermercado Ycuá Bolaños de Asunción, el
guitarrista Roberto Thompson había llegado al final de esta primera década de
nuestro siglo golpeado por las secuelas de una embolia cerebral sufrida hacía varios
años. Guitarrista incendiario, impactó a muchos músicos más jóvenes que él con
sus vibrantes y aceleradas cuerdas en el maxi single de 1988 Brebajes de amor,
de su grupo RH+, para muchos paraguayos el primer encuentro con un rock nacional
impetuoso e intenso en una época, antes de la caída de Stroessner, en la que dedicarse a estas cosas no era para miedosos. Tipo inquieto, ya desde los años
setenta dejó su impronta en numerosos grupos y, como todo buen pionero en
una escena incipiente, además de tocar fue un catalizador de muchas amistades y
de no pocas ideas, en ese entonces, inéditas localmente. Conectó a su manera el
ambiente agobiante del Paraguay estronista con la música contemporánea del resto
del planeta. Atrás queda una vida que abarca un sinfín de proyectos de nombres
cambiantes y, bajo todos ellos, un propósito que es quizá el de todo artista:
narrar la crónica del tiempo que le ha tocado vivir. Temprano por la tarde, a
los 59 años de edad, y en forma de un infarto agudo de miocardio, este
miércoles pasado, el 24 de octubre, lo sorprendió la muerte. Bájense los
pantalones, sáquense los sombreros y arrojen los corpiños, que una guitarra se ha
callado para siempre.
Tzé, si entrar en la eternidad es cosa jodida, hacerlo nimbado de un comentario como el tuyo hasta puede hacer aparecerla como glamorosa y deseable.
Te nombro, pues, aunque te niegues y retuerzas, mi panegirista oficial. Serás breve, concisa, verosímil pero sólo en los detalles que nadie discutiría.
Yo entraré en Lo Eterno, que se me antoja un poco asfixiante y tóxico, con copia autenticada de tu panegírico.
No sea que las otras errantes almas me lo quieran disputar, y terminen, ante El Eterno, como las verdaderas destinatarias, con glamour prestado. No ! Muy de los grupos de poder kulturosos que conocemos, algunos últimamente dolidos por los cambios operados, pero no, mejor no: mi panegírico firmado por Tzé es y será intransferible.
Por respetar tu anonimato callo tu "nomen" y te llamo Plubio, oh gran poeta. Pero a cambio de tan gran honor, ya que yo siempre huyo de los honores, exijo que partamos a ese viaje lo bastante próximos para que me guíes por esas mismas regiones, cuando lleguemos a ellas, por las que guiaste en otra vida al Dante, V., mi inconfundible amigo ;)
Extraños brebajes hay pero agradables a los de paladar animoso! Que pudiéramos saborear oh Tzé este fin de semana. Espero tus coordenadas vía FB . Y nos chupamos, morigerada pero profesionalmente, la parte de Realidad que quiere pero no podrá contenernos, nunca!
Tzé, si entrar en la eternidad es cosa jodida, hacerlo nimbado de un comentario como el tuyo hasta puede hacer aparecerla como glamorosa y deseable.
ResponderEliminarTe nombro, pues, aunque te niegues y retuerzas, mi panegirista oficial. Serás breve, concisa, verosímil pero sólo en los detalles que nadie discutiría.
Yo entraré en Lo Eterno, que se me antoja un poco asfixiante y tóxico, con copia autenticada de tu panegírico.
No sea que las otras errantes almas me lo quieran disputar, y terminen, ante El Eterno, como las verdaderas destinatarias, con glamour prestado. No ! Muy de los grupos de poder kulturosos que conocemos, algunos últimamente dolidos por los cambios operados, pero no, mejor no: mi panegírico firmado por Tzé es y será intransferible.
Ah, de paso. Tu cargo es ad honorem, nomás.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPor respetar tu anonimato callo tu "nomen" y te llamo Plubio, oh gran poeta. Pero a cambio de tan gran honor, ya que yo siempre huyo de los honores, exijo que partamos a ese viaje lo bastante próximos para que me guíes por esas mismas regiones, cuando lleguemos a ellas, por las que guiaste en otra vida al Dante, V., mi inconfundible amigo ;)
ResponderEliminarExtraños brebajes hay pero agradables a los de paladar animoso! Que pudiéramos saborear oh Tzé este fin de semana. Espero tus coordenadas vía FB . Y nos chupamos, morigerada pero profesionalmente, la parte de Realidad que quiere pero no podrá contenernos, nunca!
EliminarComo los auténticos profesionales que somos se hará! Paso a las coordenadas del fcbk ahora mismo =)
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